Smeltzer Suzanne ,Bare Brenda. Tratamiento de pacientes con
trastornos gástricos. Brunner & Suddarth's Textbook of Medical-Surgical
Nursing. Vol II. 10ª ed. México D.F. McGraw-Hill Interamericana; 2010. p.
1113-1132
Para esta bibliografía he escogido la gastritis ya que es
una de las enfermedades mas frecuentes del estómago.
La gastritis que es la inflamación de la mucosa gástrica, es
un problema gastrointestinal común, puede ser aguda durando varias horas o días
y crónica producto de exposición continuada a los agentes irritantes de la
mucosa gástrica. Suele deberse a imprudencias alimenticias, ya sea por
alimentos contaminados con patógenos o con alimentos muy irritantes o
condimentados. También son causas de la gastritis el uso excesivo de aspirina,
alcohol, reflujo de bilis o radioterapia, siendo la forma más grave la que se
produce por tomar ácidos o bases fuertes que pueden llegar a perforar la mucosa
gástrica. La gastritis crónica es causada por ulceras benignas o malignas
ocasionadas por la bacteria H.Pylori.
En un paciente con gastritis la mucosa del estómago además
de presentar una erosión superficial secreta poco jugo gástrico y mucho moco.
En caso de una ulceración superficial, puede presentarse una hemorragia.
En la gastritis aguda el paciente suele tener molestias
abdominales, cefalea, lasitud, nauseas, vomito e hipo aunque algunos de ellos
son asintomáticos. Un paciente con gastritis crónica puede tener una anorexia,
acidez después de comer, sabor amargo en la boca, náuseas o vómitos. Además por
déficit vitamínico suelen mostrar evidencias de absorción deficiente de
vitamina B12.
El diagnostico de las gastritis se determina mediante una
endoscopia, estudios radiográficos del conducto gastrointestinal superior,
examen histológico de una muestra de tejido obtenida en una biopsia. Además de
la biopsia se utilizan otras medidas diagnosticas para detectar el H. Pylori,
como las pruebas serológicas para determinar la presencia de anticuerpos contra
el antígeno de H.Pylori, la prueba ultrarrápida de ureasa de 1 minuto y la
prueba del aliento.
La mucosa gástrica tiene la capacidad de repararse por si
sola después de un episodio de gastritis. El paciente se recupera al cabo de un
dia, pero quizá no tenga apetito durante los próximos dos o tres días. Cuando
el paciente ya puede alimentarse por la boca se le recomienda no comer
alimentos muy irritantes y alcohol. Si los síntomas persisten podría ser
necesario administrar líquidos por vía parenteral. Si la gastritis se debe a la
ingesta de ácidos o bases fuertes el tratamiento consiste en diluir y
neutralizar el agente irritante. Al fin de contrarrestar los ácidos, se
administran antiácidos de uso común, y contra la alcalosis se emplea jugo de
limón o vinagre diluido. Si la corrosión es extensa o muy grave, debemos evitar
eméticos y las soluciones del lavado de estómago debido al riesgo de
perforación del estómago.
El tratamiento es de apoyo, incluye intubación nasogástrica,
analgésicos y sedantes, antiácidos y soluciones intravenosas. En situaciones
extremas no se descarta la necesidad de
operación urgente para extirpar el tejido perforado. En caso de una obstrucción
pilórica es común que se practique una resección gástrica.
En la gastritis crónica se modifica la dieta del paciente,
se fomenta el descanso, la reducción del estrés e iniciar farmacoterapia.
Rafael Jiménez González
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