BIBLIOGRAFÍA 6
O´Conell SC, Bare BG. Tratamiento de pacientes con trastornos intestinales y rectales.Brunner & Suddarth's Textbook of Medical-Surgical Nursing. Vol II. 10ª ed. México, D.F: McGraw-Hill Interamericana; 2005. p. 1173-1177.
Del capítulo de este libro me ha parecido muy
interesante la parte que habla de los pólipos de colon y recto de los cuales no
hemos profundizado mucho durante las clases y por ello me parece importante
mencionarlos en la bibliografía, estos pólipos son una masa de tejido que
sobresale hacia la luz del intestino y que puede ocurrir en cualquier parte del
sistema intestinal y el recto. Los pólipos se clasifican en dos grupos,
neoplásicos (adenomas y carcinomas) y no neoplásicos (mucosos e hiperplásicos).
Los pólipos no neoplásicos (crecimientos epiteliales benignos) son comunes en
el mundo occidental y aparecen con mayor frecuencia en el colon que en el
intestino delgado. Aunque la mayor parte no se transforma en neoplasias invasoras,
se deben seguir de cerca. Los pólipos adenomatosos son más usuales en varones,
y la proporción de los que nacen en la región proximal del colon aumenta con la
edad (después de los 40 años). Las tasas de incidencia varían del 25% al 60%,
según la edad. Las manifestaciones dependen del tamaño pólipo y del grado de
presión que ejerce en el tejido intestinal. El síntoma más común es la
expulsión de sangre por el recto, aunque también hay dolor en la parte inferior
del abdomen; si es suficientemente grande, se observan síntomas de obstrucción.
El diagnóstico en los antecedentes y en examen rectal digital, estudios con
enema baritado, sigmoidoscopía o colonoscopía.
Haciendo referencia a las patologías anorrectales me ha
parecido relevante seguir profundizando en la fístula anal de la cual se nos ha
hablado en clase. La fístula anal es un trayecto tubular fino que va del ano a
un orificio situado en la zona perianal. Las fístulas suelen ser ocasionadas
por infección, aunque otras causas posibles son traumatismos, fisuras o
enteritis regional. Es posible que haya filtración constante de pus o heces por
la abertura de la piel. Dependiendo del trayecto de la fístula, otros síntomas
son paso de flatos o heces por la vagina o vejiga. Las fístulas sin tratamiento
pueden causar una infección generalizada con síntomas relacionados. Siempre se
recomienda cirugía, ya que pocas fístulas cicatrizan de manera espontánea. La
técnica quirúrgica indicada es la fistulectomía (extirpación del trayecto
fistuloso). Se evacua perfectamente el recto sigmoides aplicando varios enemas
ordenados por el médico. Durante la cirugía, el trayecto fistuloso se
identifica introduciendo una sonda metálica fina o inyectando solución de azul
de metileno. La fístula se diseca o se abre mediante una incisión del orificio
rectal al de salida, y la herida se empaca con gasa.
Por último hablar de las enfermedades anorrectales de
transmisión sexual de las cuales no se ha profundizado mucho durante las
clases. Se han identificado tres síndromes infecciosos vinculados con
enfermedades de transmisión sexual. La proctitis afecta al recto, y suele
relacionarse al coito receptivo anal reciente con una pareja infectada. Los
síntomas incluyen secreción mucopurulenta o hemorragia, dolor en la región y
diarrea. Otra de estas enfermedades es la proctocolitis, la cual afecta al
recto y la porción inferior del colon descendente. Los síntomas son similares a
los de la proctitis, pero también incluyen diarrea acuosa o sanguinolenta,
cólicos, dolor e inflamación. La enteritis afecta a una región más grande del
colon descendente y entre los síntomas se encuentra diarrea acuosa y
sanguinolenta, dolor abdominal y pérdida de peso.
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